Estoy en Lima (Perú). Me había resultado difícil tomar la decisión del viaje así que el día que hice la reserva de avión fue un momento de liberación y hasta de euforia. Hay que ver cuánto me cuesta decidir algunas cuestiones, y no lo entiendo porque este viaje en
concreto es algo que me apetece una barbaridad, al punto de resultar obsesivo
en los últimos tiempos. Una decisión tomada en solitario y en
la soledad del día a día. Luego, comenzó un constante preparar y
prepararme para este 21 de mayo en lo cual llevo invertidas muchas horas. Así pues, con mucha ilusión arranco este largo paseo con la esperanza de que se concrete en algo fantástico.
Y aquí estoy, el día 22 de mayo.
Un agradecimiento especialisimo a mi ya amigo Fernando Soler que en Madrid me dedico su tiempo y me traslado al aeropuerto. Tiene merito cosiderando el pedazo de caja donde iba embalada la bicicleta. Y fue también un placer compartir café y charla con Ángeles Gozalo hasta el momento del embarque. Que bueno es tener amigos tan majos.
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