miércoles, 15 de julio de 2015

Los Negros

Aiquile, Saipina,  los Negros

Hoy me siento acorralado en mi habitación. Estoy en Los Negros, un pueblecito a 200 km de Santa Cruz cuyo nombre es tan "oscuro" como el cielo de ahi fuera. Llueve con ganas como hacia tiempo que no veia desde que sali de España. Y no es extraño, porque estoy situado en zona seudo-tropical. Las temperaturas oscilan entre los 25 grados de máxima y 13 de mínima, con altísimo grado de humedad. Baste decir que esta noche dormí sobre la cama y sin tapar hasta bien entrada la noche. Y esto no estaba previsto, Internet daba unas previsiones sin  lluvia y me temo que hoy el día ya esta amortizado a la espera de ver que sucede en las horas próximas.


Hace un par de dias tuve que subirme a un autobús en Aiquile para adelantar camino porque la carretera de tierra es intransitable a riesgo de llegar envuelto en una capa espesa de polvo y tragar otro tanto. Este país tiene unas carreteras demenciales. Aun así, quedé a dormir en Saipina, por ser el lugar mas cercano con alojamiento, lo que me obligó a madrugar muchísimo para andar los 30 km de camino de tierra hasta dar con el asfalto evitando en lo posible el tráfico de autobuses y camiones. Muy sucio y muy dura la subida por tierra. Debo aclarar que cuando digo tierra es también graba, y en las curvas el polvo finísimo puede tapar piedras del tamaño de un puño. De hecho, la bicicleta se fue al suelo en un par de ocasiones por haber pisado algunas que yo ni veía.


De nuevo he vuelto a transitar por zona desérticas. Para enterdernos: a los caminos de tierra, añado la falta de agua, la vegetación baja y los millones de cactus como compañeros siempre presentes. Y esta vez también una buena cantidad de buitres negros que se daban un peleado banquete a costa de un gran perro muerto en la carretera.

Sigue lloviendo torrencial mente, el cielo está plomizo y parece que no quiera parar nunca de llover. No queda otro remedio que resignarme a quedar parado durante todo el dia. Tenía pensado llegar a Samaipata, un bonito lugar con unos petroglifos espectaculares que quiero visitar. Aquí me quedo contemplando este verde paisaje desde la terraza de mi alojamiento. Un verde que solo puede darse donde hay mucha lluvia y calor, como es el caso.





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