sábado, 6 de junio de 2015

Chalhuanca

Es verdad que en este tramo he llegado a un altiplano de elevada altura (casi 5000) y donde he encontrado lugares de cierto "llaneo" para avanzar mas rápido, pero no es menos ciento que aquí vas de una montaña a otra subiendo a través de sus laderas y se encuentran tramos de un porcentaje considerable.

Y  ya no hay reses, ahora se ven rebaños enormes de alpacas y picuñas, también aisladas y en vida salvaje.


 Y lo mismo que las subidas, hay bajadas de vértigo. El paisaje es impresionante y aprovecho las múltiples paradiñas que hago para tomar aire y contemplarlo en toda su belleza. Me encantan los pueblecitos y me encanta sus gentes, como visten al estilo tradicional, con prendas de lana que confeccionan en la zona, incluso ellos mismos. Todo es auténtico, especialmente el las aldeas mas aisladas, aunque en las poblaciones como esta de Chalhuanca en la que me encuentro hoy sigue todo muy parecido a pesar de ser una especie de cabecera de comarca. Abundan, casi en exclusiva, los pequeños negocios familiares de venta ambulante, especialmente comida. Me falta por encontrar un restaurante moderno al estilo de los que conocemos en Europa y seguirá siendo difícil  porque tienen una cultura de la alimentación que nada tiene que ver con la nuestra. Tanto es así que desde mi partida de España aun no he tomado un vaso de vino ni con las comidas. No existe este hábito; con cada menú acostumbran a servir bebida elaborada por ellos mismos, tipo infusión, a base de frutas, determinadas plantas etc. A mi me encanta una hecha a base de cebada tostada.

He comenzado la jornada desde los 4478 m.s.n.m., y el frío es considerable. En las cunetas aun hay vestigios del granizo acumulado la tarde y noche anterior.

Pero como el perfil de la etapa era en descenso la temperatura iba subiendo de modo inversamente proporcional, así que tenia que usar dos tipos de abrigo, un chaleco para las subidas y sin guantes y una chaqueta polar para las bajadas y con guantes, Un coñazo.

Y por lo demás, hoy más de lo mismo, pedalear y disfrutar en la medida de lo posible. Seguiré teniendo sorpresas con situaciones, el paisaje, con las gentes y sus hábitos, como un camión volcado con un cargamento de comestibles cuyo conductor se empeñaba en cargarme los bolsillos con galletas en gran cantidad. Solo acepte un pequeño paquete porque no tengo espacio para nada. Y sorpresas, como cuando mas adelante llegue a un pequeñísimo lugar de cuatro casas y una familia estaba en pleno sacrificio de varias alpacas para la venta de su carne. Vi en toda su crudeza como hacían su trabajo.



Fin de la jornada. Hoy tengo una cama modesta a mi disposición así que espero dormir bien. Lo necesito.

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