Últimamente las mañanas están resultando de un frío que no me esperaba, aunque la gente de aquí me dicen que irá a peor y que camino de Uyuni mucho más. Mal me lo ponen, la verdad, porque yo quiero llegar y ver y pisar el Salar. Es mi objetivo prioritario en lo que queda de viaje.
Estos dos últimos días desde La Paz hasta Oruro han resultado monótonos porque el paisaje es llano y es como viajar por Castilla, quien haya pedaleado por ahí lo entenderá. hay rectas interminables, estamos en el altiplano, a una media de 3850 m.s.n.m., de ahí que el frío siga persistiendo. Al menos no llueve y cuando el sol se pone alto hay unas horas de respiro y calorcito. En vista de ello decidí avanzar todo lo que pude y resultaron dos etapas bastantes largas que me han dejado un poco escacharrado.
Oruro es una ciudad que no me acaba de gustar, quizá sea porque lleguè casi oscureciendo y no termino de situarme, pero es muy bulliciosa. La gente por aquí es aun menos amigable que por los pueblos del camino. Supongo que como en el resto de las ciudades del mundo las personas viven a otro ritmo y les queda poco tiempo para las relaciones humanas. Pero yo me refiero a esa predisposición a la amabilidad, a la ayuda..., no acaban de convencerme, me descolocan, porque no se prestan al dialogo y además informan muy mal. Ayer mismo, pregunte la distancia a una población; las respuestas de las tres personas fueron distintas: 29 km, 20 km y 60 km. Como para fiarse.
La noticia positiva es que por primera vez desde que salí de Lima, los semáforos y los pasos de peatones son respetados; a mi que me lo expliquen porque no lo entiendo.
Lo dicho, la ruta hasta aquí anodino y aburrido. Tan solo las cosicas que vas encontrando al paso te entretienen algo. A la salida de La Paz hay colgados unos muñecos amenazantes simulando ahorcamientos para los ladrones de llantas (gomas de autos) que últimamente está muy de moda en el populoso El Alto, y hasta se han manifestado por las calles los comerciantes del sector.
Siguen los recuerdos para los fallecidos en la carretera. A veces te preguntas como en un lugar absolutamente desierto y en plena recta pudo pasar algo así. Pues ya sabemos como es conducir en parajes de rectas interminables: el sueño, la falta de atención etc, vete a saber, el caso es que tanto en Perú como en Bolivia esto de poner homenajes a los fallecidos es exagerado.
Acabo las curiosidades con este modelo de wc que no es exclusivo de aquí. Yo he visto algo similar en alguna aldea de Galicia hace algunas décadas. Entré en un pequeñísimo "bar" de carretera y pedí algo de beber. Nada frío en la nevera a pesar de que era mediodía y daba el sol. Bebí un Sprite calentito y fui a hacer pis a este modelito de wc tipo pozo con dos tablas estrechas a donde hube de dirigir el chorrillo. Y apunté bien, que conste, ahí queda la fotografía para demostrarlo, jajaja, cosas de llevar la cámara de fotos siempre a mano.
Estos dos últimos días desde La Paz hasta Oruro han resultado monótonos porque el paisaje es llano y es como viajar por Castilla, quien haya pedaleado por ahí lo entenderá. hay rectas interminables, estamos en el altiplano, a una media de 3850 m.s.n.m., de ahí que el frío siga persistiendo. Al menos no llueve y cuando el sol se pone alto hay unas horas de respiro y calorcito. En vista de ello decidí avanzar todo lo que pude y resultaron dos etapas bastantes largas que me han dejado un poco escacharrado.
Oruro es una ciudad que no me acaba de gustar, quizá sea porque lleguè casi oscureciendo y no termino de situarme, pero es muy bulliciosa. La gente por aquí es aun menos amigable que por los pueblos del camino. Supongo que como en el resto de las ciudades del mundo las personas viven a otro ritmo y les queda poco tiempo para las relaciones humanas. Pero yo me refiero a esa predisposición a la amabilidad, a la ayuda..., no acaban de convencerme, me descolocan, porque no se prestan al dialogo y además informan muy mal. Ayer mismo, pregunte la distancia a una población; las respuestas de las tres personas fueron distintas: 29 km, 20 km y 60 km. Como para fiarse.
La noticia positiva es que por primera vez desde que salí de Lima, los semáforos y los pasos de peatones son respetados; a mi que me lo expliquen porque no lo entiendo.
Lo dicho, la ruta hasta aquí anodino y aburrido. Tan solo las cosicas que vas encontrando al paso te entretienen algo. A la salida de La Paz hay colgados unos muñecos amenazantes simulando ahorcamientos para los ladrones de llantas (gomas de autos) que últimamente está muy de moda en el populoso El Alto, y hasta se han manifestado por las calles los comerciantes del sector.
Y hay quien parece que no tiene claro si se puede o no aparcar en algunos lugares así que por si acaso, te ponemos unas señales bien juntitas para que te enteres.
¿Queda claro o pongo más señales? |
¿Nieve?, no, SAL |
Y voy camino de un desierto de sal así que no es extraño que ya se vislumbren zonas donde la evaporación de la humedad del terreno hace que surjan en la superficie esas manchas blancas. Imagino que serà una constante a partir de ahora.
Modelo antiguo de WC |
Hasta aquí la aburrida crónica de estos dos últimos días. A partir de mañana las poblaciones se hacen mas dispersas y tendré problemas para alojarme. A ver...
No hay comentarios:
Publicar un comentario