sábado, 13 de junio de 2015

Sicuani

Tan solo 50 km de etapa y llegué a este pueblo sin poder dar mas pedaladas. No se bien cual es el problema pero tuve que parar. Localice un hospedaje y antes de meterme en cama, que es lo que me pedía el cuerpo salí a comer algo. El resultado fue una bajada de tensión, y vaciado de estomago. Sudor frió y grogui total. Cuando me di cuenta estaba recibiendo masajes de alcohol en las sienes por parte de la dueña. Un encanto de señora. El caso es que parece que mi cuerpo me pide descanso y tendré que hacerlo pero el estomago se resiste a quedarse con la comida. Total que tengo un buen mosqueo.

Esta tarde estoy recopilando información: La ruta hasta Juliaca es anodina, como la de los dos últimos días, como poco debería parar dos jornadas, este pueblo tiene poco atractivo... así que,  Luis Viajero esta pensándose tomar un bus y convertir estas dos jornadas de paro en productivas pues Puno tiene bastante que ver y aquí no hago nada.

Haciendo un breve resumen de estos dos días desde que salí de Cusco diré que he tenido un recorrido plano y soleado. El transcurrir es por un valle amplio y fertil, donde de día aprieta el sol y por las noches el frío se hace notar bien, al punto que cada cama que te ofrecen tiene tres mantas y colcha. Es por ello que renuncie a usar la tienda de campaña. El riesgo, sin embargo, es la casi nula oportunidad de encontrar hospedaje y entonces ocurre lo que esta noche pasada: Llevaba 110 km. y no podía mas por lo que me agarre a lo único que había, un cuarto de mierda con una cosa que llamaban aseo y que era tercermundista, sin agua en el lavabo, ni en la ducha.
Aseo del siglo XXI. Sin puerta
 Tuve que conformarme con lavar cara y manos. Esto, que parece raro, es bastante normal, lo que uno no entiende es que se otorguen licencias desde la Administración. Desde luego, la imagen es lamentable a cualquier nivel.

Hoy es sábado así que Sicuani me ha ofrecido un mercado callejero enorme. Esta todo el mundo que puede ofrecer algo y hay absolutamente de todo. Es la locura total sobre las calles, aquí sigue la cultura de que el peatón es un bicho raro que se ha de apartar siempre para dejar paso a todo vehículo motorizado.


Lo dicho, una locura, y si hay que atravesar la calle mejor tomar todas las precauciones. No me he podido resistir a sacar fotografías de todo, del bullicio, del tipo artesano de cama que por aquí se estila, de los distintos tipos de "taxi" que todo el mundo utiliza porque son baratisimos, etc. etc.

Por lo demás, el pedaleo fue suave y en ligera ascensión. Esta zona es con seguridad lo mas humilde que me encontrado hasta ahora. La tierra se presta al cultivo pues es llana y con un buen río. Es tiempo de cosechar el maiz y a las 6 de la madrugada la gente ya esta en sus labores cuando aun la escarcha nocturna sigue blanquecina. Y también es zona de tierras arcillosas así que hay muchas ladrilleras que confeccionan adobes al modo mas antiguo mezclando barro con paja y llenando un molde que dejan luego secando al sol. Mas manual imposible, pues manejan el barro con las manos. Ahí quedan unas fotos de muestra.


He de decir que la humildad no esta reñida con la educación, y la gente de la zona se han mostrado conmigo siempre encantadoras y educadas; te ofrecen una sonrisa y un adiós con una naturalidad que a mi solo se me antoja maravillosa.

A esta anciana de no se cuantisimos años la pare para charlar con ella, pero fue imposible porque solo se expresaba en quechua. Una pena, porque la pobre lo intento.





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